Disaster and representation
Ignacio Lewkowicz, junto al Grupo de Reflexión Rural en el año 2002 planteaba :
“la crisis actual no revela un impasse sino un funcionamiento determinado. Si el devenir no reglado es la temporalidad actual, la noción de crisis como interrupción tal vez complique la posibilidad de pensar la actualidad. ¿Por qué? Porque hoy la crisis no es ni impasse ni coyuntura sino funcionamiento efectivo. Ahora bien, investigar la crisis actual implica investigar cuáles son las operaciones de pensamiento capaces de operar en la crisis”.
“la catástrofe estatal sucede en un horizonte estructural; la catástrofe post-estatal transcurre en un medio fluido, disperso, imprevisto… No es la interrupción local o general de un funcionamiento sino la estabilización de la catástrofe como condición general y primera”.
Nuestra hipótesis fundacional fue que la crisis de representación política, del comienzo de siglo local y global no se originaba tanto en un problema del mal funcionamiento del sistema político, la corrupción, la infrarepresentación, la autonomización de la clase política, sino en un vínculo más estructural y menos visible, la relación entre la técnica y la política.