Hace dos semanas asistí al primer Simposio de Historia Sudatlántica que se realizo en el Museo Malvinas. El museo Malvinas, es un museo muy nuevo, (se inauguro en el 2014), y donde su guión curatorial y conceptual al decir de su director Federico Lorenz, esta en construcción. El director intenta darle un nuevo marco al escenario del Atlantico Sur. Un espacio geopolítico que por supuesto incluye el reclamo por Malvinas pero que ademas tiene que recobrar una historia pasada y futura que es preciso volver a reconstruir para poder generar nuevos escenarios. Un dato no menor es que el museo esta dentro de la Ex ESMA, o sea forma parte del espacio de la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación. La consigna del museo esta acoplada conceptualmente a ese marco: «Paz, memoria, soberanía”. Cancillería evaluó el campo semántico del museo para que coincida con el de las acciones diplomáticas. “Paz” es no a la opción bélica, “memoria” es nada fuera de la agenda de los derechos humanos y “soberanía» es el reconocimiento a la presencia humana argentina que fuera vulnerada por la ocupación ilegal británica de 1833. Claramente a esta consigna le falta la que corresponde a los derechos de naturaleza.
Precisamente en estos territorios donde la presencia de población “no humana” es ampliamente superior a la humana desde hace siglos y el extractivismo se ha ensañado con estas poblaciones, todavía no ha sido revaluado desde esta nueva perspectiva del derecho. Por las historias contadas en el simposio, el ecosistema del atlántico sur estuvo integrado a la economía global mucho antes que la pampa húmeda y genero un proceso de habitación nomadico, paraformal y cosmopolita, que escapo a la tiranía urbana del código de indias y su cuadrícula fundacional e institucional. la navegación de las aguas del atlántico sur dio origen a colectivos diversos que habitaron ese espacio de formas muy diferentes. Hay un destino marítimo, nomadico y no urbano que el espacio del Atlántico Sur, ejemplificado desde el siglo XVII al XIX por el triángulo conformado por Carmen de Patagones, Malvinas y Punta Arenas, nos propone como modelo de asentamiento alternativo al del continente? Se constituirá este espacio local-global como un area observante de los derechos de naturaleza a pesar de las tensiones geopolíticas que lo habitan?
Un dato interesante para una historia de la navegación en el espacio del Atlantico Sur es la historia de Miguel Fitzgerald, un piloto civil que hizo el primer vuelo “ciudadano» en su avioneta Cessna en 1965 saliendo del aeródromo de Monte Grande, o sea, del conurbano. Fue el primer vuelo furtivo de un ciudadano argentino, autogestionado, que llego a Malvinas, aterrizo, clavo la bandera, repartió unos flyers a los habitantes sobre el derecho argentino a las islas y volvió todo en menos de un día. Fue como el vuelo de Matias Rust en 1987 a la plaza roja de Moscú. Estos vuelos son mas significativos de lo que parecen, porque marcan una inflexion geopolítica y devuelven la posibilidad de la navegación de un espacio aéreo disputado por estados soberanos a la población civil, ademas de sacarle la exclusividad de la actividad aeronáutica a la esfera militar, sobretodo, después del conflicto de Malvinas.