Inundación!

El juego Inundación es parte de un proceso que se enmarcó entre los ámbitos del arte y de la arquitectura, pero cuyo fin era reflexionar sobre nuevas formas de relación entre la técnica, la política y el ambiente. El enfoque artístico nos permitía una aproximación ecléctica, la posibilidad de conectar con muchos mundos en el menor tiempo posible; y el humor, apropiarnos afectivamente de temas que  estaban en las manos de los técnicos o de los medios.

A nivel local y a caballo de las crisis que venían sucediéndose desde mediados de los 90 y que estallan en el 2001, el juego era una reflexión sobre el problema de “habitar” una crisis. El escenario propuesto por el juego es reflexionar, interactuar e imaginar dentro de una crisis urbana como lo es la creada por una inundación. La elección del modelo lúdico es una pregunta específica sobre la democracia “dentro” de una crisis, un juego permitía una discusión o conversación donde las posiciones de los jugadores estaban ecualizadas, la crisis puesta en juego borraba los conocimientos y jerarquías establecidas. Pero además es una especie de juego de rol donde los estereotipos sociales sociales (sus objetivos y características, exagerados y contrastantes) son deconstruidos para luego ser recompuestos en un proceso colectivo, para lograr una empatía con lo incierto y lo heterogéneo.

Quizás sea justo confesar que este dispositivo y otros de la serie Inundación! fueron pensados como un comentario y un aporte imaginativo a un campo de discusión que creíamos que se estaba formando rápidamente al calor de la crisis: la democratización de la relación entre la técnica y el ambiente, la aceptación y el desconcierto colectivos de que, aún en contextos latinoamericanos, estábamos viviendo en una sociedad productora de riesgo. Pero esa discusión no llegó a tener una escala acorde al tema, (un experimento de este debate puede encontrarse en los  foros hídricos de Lomas de Zamora y el de Almirante Brown por ejemplo,  y algunas asociaciones vecinales como las “Madres de las Torres” de Wilde.) O quizás sencillamente nunca se dio como un debate real, y nuestra nota al margen quedó como un comentario sobre algo inexistente, un juego exagerado sobre temas delicados.

A 13 años del inicio de las reflexiones lúdicas de inundación! el escenario ha cambiado, pero no tanto.

Los proyectos y las grandes obras que preveían una desaparición de la inundaciones como problema, junto  con sus circunstancias y sus historias, por caso el Plan Director Hidráulico, lograron lo contrario: el uso para desarrollo inmobiliario del escaso suelo urbano con capacidad ecosistémica compleja. En otras palabras, la solución técnica empeoró la situación que se quería revertir,  la transformó en tragedia… o es que estamos esperando soluciones definitivas donde necesitamos pensarnos, cuanto antes, dentro de un proceso a largo plazo?

Ahora estamos enfrentados nuevamente a la misma disyuntiva, la que intentábamos poner en escena con el juego: ¿Democratizamos las decisiones técnicas sobre la ciudad y el ambiente, o quedan estas del lado de los expertos y la técnica? Y entonces ¿Cómo es una democracia de lo socioambiental? ¿qué tipo de imaginación y emociones tendremos que inventar?

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