notas dispersas sobre la arquitectura no humana.
qué pueden enseñarnos los animales sobre política plantea Brian Massumi.
una pregunta inquietante o quizás inevitable en el comienzo del s XXi. cuál es el punto de intensidad o de indeterminación, propositivo, conflictivo y lúdico (político podría ser la traducción desde el punto de vista humano occidental) por el que estamos transitando, donde humanos nos damos cuenta de las limitaciones de la producción de entornos y umbrales que hemos desarrollado, no podemos y parecería que no deberíamos establecer entornos que no sean los del clareo y la utilidad o el control paranoico.
massumi:
… a spectrum of continual variation— a changing field of reciprocally presupposing differencings, complexly imbricated with one another all along the line. In the course of the following discussion, a concept will be slowly constructed for this reciprocal imbrication of differences: mutual inclusion – What animals teach us about politics (2014).
en la medida en que lo que nos separa de otros animales no sea mas que un pliegue de una misma trama de información-energía-materia, así como otros pliegues similares separan a otros animales entre sí, muchos constructos delimitadores como la misma política y su circunscripción conceptual urbana, pierden mucha de su centralidad; la política/metaestabilidad que nos enseñan o a la que nos enfrentan o en las que nos sumergen los animales no es la de la metáfora, que humanos o animales otorgan a otros humanos refiriéndose a patrones conductales animales o naturales; es la de una trama de coexistencia y co-evolución, de umbrales de indeterminación…
cómo podríamos describir la política vista desde el punto de vista no humano? cuáles sus umbrales? y específicamente qué pasa en esa frontera de la política donde su consistencia humana va mezclandose con otras consistencias? ese lugar donde la política deja de ser un asunto solamente humano…
Tomás Saraceno plantea un problema de difícil resolución (similar al de Masummi), cómo interpretar los restos de una tela de araña? son meros restos naturales? o acaso son piezas arqueológicas? y no sólo en su sentido propio, sino en un sentido humano, expandido ya, en la medida en que nuestras casas son los ambientes «naturales», o bien naturales, específicos de miles de especies (todo tipo de insectos, arañas, pero también gatos y perros, sin hablar de la vida bacteriana que específicamente habita lo urbano y lo humano…). Las casas albergan excepciones espaciales, siempre bajo amenaza de erradicación, telas de araña y otros constructos; las arañas albergan casas en tanto ambientes amigables.
este doble sentido arqueológico de las telas de araña abandonadas, entanto arquitectura por y para la araña y en tanto arquitectura en sistema con la arquitectura humana, permite superar el clareo humano del espacio, en tanto cesura con respecto al bosque. es una situación de mutua inclusión la que queda conformada en la tela de araña-casa. el clareo no puede suprimir el pliegue de una trama continua en la que lo que se separa es apenas una articulación puesta en suspenso, un retardamiento temporal, de un movimiento generalizado.
Eyal Weizman detecta el malestar del iluminismo al chocar con la imposibilidad de distinguir lo que es arquitectura humana de lo que es arquitectura no humana,
Rousseau also mentions that the orangutan erects in the trees “a kind of roof which keeps them covered from the rain.”13 The perceived sense of discomfort—evidenced by this architecture—reveals a gap, an imperfect connection between the ape and its indigenous environment. Such a gap is typical of humans, but in the perception of the eighteenth century, an animals’ relation to its environment must be immediate and perfect. The orangutans were, for Rousseau, human beings at the beginning of the process of civilization, and while never explicitly interpreted as such, the architecture of the orangutan could be seen as one of the first steps in such a process (or, in fact, the first slip on a slippery slope towards it, considering Rousseau’s well known ambivalence to civilization).
An orangutan nest spotted by a Conservation Drone flying at 100m above ground in Kalimantan →. Scientists consider these treetops structures to be not only the result of instinctive behavior (like bird nests or a termite hills) but as transferable “cultural artefact” with variations across different communities. Orangutans build nests in the treetops every evening and abandon them every morning, shifting daily from architecture to archaeology. Abandoned nests can be distinguished by their brown foliage. Primatologists seek to spot them in order to estimate population sizes and number of apes lost.
en Rousseau y Laugier donde se juega la axiomática de la arquitectura neoclásica, es fundamental que el umbral entre lo natural y lo humano no esté ya definido y sobrecodificado en articulación, y todo esto respondiendo a la observación de que los Orangutanes (hombres del bosque) son humanos aún sin civilizar. Ellos no pueden mantener unidas definitivamente las partes de un edificio. La arquitectura es el umbral entre el bosque, así como está, en su dinámica, y el humano. Lo que haría humano al orangután es su capacidad de retardamiento del proceso de crecimiento y decrepitud del bosque, su capacidad de anidamiento de una temporalidad dentro de otra. Las ramas en su retardamiento en caer o yacer en el piso del bosque hacen sistema momentáneamente con el orangután humano, la arquitectura neoclásica depende de esta composicion hombre-bosque sin articulaciones para construir todo su aparato conceptual y estético, anticipando la reconfiguración que la industria estaba haciendo de los múltiples metabolismos, liberando y recodificando todas las articulaciones.
In his drawing for the 1755 edition of the Essay on Architecture, Laugier’s hut is conspicuous for its structural self-sufficiency. The individual elements: the still-living columns, the cross-beams and the rafters, all rest together naturally, without pins or bonds. The four tree-columns have been pruned, and the stumps of the branches become brackets to support the beams. The trees retain their leafy growth, except possibly for the front left tree, which looks as if it has been trimmed back to the trunk. The rafter branches sit up at an improbably steep angle. They rest on the beams without any evident support: under close inspection, the expected bindings are found to be absent, and the rafters do not appear to be notched onto the beams. At the ridge, the rafters rest against one another. A ridge-beam is possibly hinted at, but looks as if it is suspended under the rafters rather than providing any substantive support. Again, there is no hint that the rafters are bound or pinned together at the top; and they cannot be interwoven, because the branches are conspicuously thick and blunt #.
si la materia, lo viviente, y dentro de ello lo humano, son pasibles de dibujarse en un plano continuo pero plegado, plegado hasta el juego y el conflicto, y este pliegue no esta dado en un sentido temporal direccional, va y viene – diríamos que uno puede viajar por el plano, que las posibilidades de individuación son múltiples y multitemporales, como demuestran todos los fósiles de Burgess Shale #, otro mundo en nuestro mundo. Lo arquitectónico, como concepto humano, como estética humana (como forma de construir el conjunto de lo construible), lo arquitectónico sufriría una expansión, un vaciamiento y una invasión por parte de todo un mundo de modificaciones y construcciones espaciales, todas igualmente «voluntarias» y «conscientes», todas reconociéndose de distintas formas.
un tal esquema de pliegues en el que la arquitectura no sería ya un indicador de humanidad, sino de política (humana-no humana), de transducción, y toda arquitectura sería siempre un punto de pasaje.
El libro The Formation of Vegetable Mould, through the Actions of Worms, With Observations on their Habits (1881) de Darwin, anticipa el problema del estatuto de lo inerte, la tierra, como un campo complejo y muy cruzado, mismo que es central a las teorías planetarias de Lovelock, por ejemplo cuando plantea el sistema que forman bacterias marinas y formación de nubes, la misma tierra es producto-hábitat-sistema de lombrices y rocas; es posible separar claramente viviente de inerte? es posible diferenciar lo inerte de la arquitectura? es posible separa la arquitectura de lo viviente? no es mas adecuado intentar un proceso de transducción que nos guíe en el plano plegado de la materia-energía-información? no es lo inerte un trabajo de lo viviente y lo viviente un trabajo de lo inerte? la arquitectura podría ser aquello que esta en juego cuando cualquier hábitat se pliega sobre otro. o la arquitectura podría ser un punto de cruce e individuación en un continuo de sistemas organizados y autoorganizados entramados, punto de cruce en el que se demora el pasaje.
pio torroja.